Nací en la urbe americana de Sao Paulo, hijo de Ibicenca y oscense me traslado con mi familia a Huesca a la edad de cinco años. Estudié música de la mano de mi padre en un principio y después en los conservatorios de Huesca y Zaragoza. Comencé a tocar en grupos a los 16 años y participé en el disco «La Movida Rockera de Huesca» con Devislay junto a tres bandas más. Con Escoria Oriental grabé dos discos «Vente conmigo a la cama» y «La muñeca muerta» con los que estuvimos en los primeros puestos de los 40 principales. En la actualidad toco en Escoria Oriental, The Machine Band y en Damnark Team. También he compuesto bandas sonoras para cortometrajes como «Porqué dixamos o nuestro lugar» «Runner» «Figura» o «Lo que creas tu» y una serie de discos de Chillout Medieval. Llevo tocando desde que tengo uso de razón. Con La Plantación ganamos el premio al mejor videoclip inspirado en una fiesta en la edición del 2018 de Los Ángeles Video Music Awards. Lo último en el terreno audiovisual ha mi primer cortometraje «Cruces y estrellas» como guionista, director y compositor de la banda sonora, que se acaba de presentar en el Festival de cine Espiello y que ha sido la película mas visionada en su web.


En cuanto a mi faceta como escritor voy a adjuntar la entrevista que hizo el gran escritor y periodista Antón Castro sobre mi primera novela «La Silueta del Monte Ayala» para el Heraldo de Aragón.
Empecemos por su padre… ¿Qué le debe, cómo le ha marcado?
El recorrido vital de un padre siempre marca el de sus hijos pero en mi caso creo que fue más acusado porque el viaje que realizó precisamente a bordo del Monte Ayala marcó su vida para siempre. Yo nací en Brasil como consecuencia de ese periplo, pues Antonio quiso regresar a América al poco tiempo. En Sao Paulo conoció a mi madre, que es ibicenca, se casaron y nacimos mi hermana y yo. Además, era músico y profesor de música, que es la misma profesión que tengo yo. Podría afirmar que mi padre ha marcado a fuego mi existencia.
Creo que se encontró, a su muerte, un diario suyo. ¿Qué vínculo tiene con su novela?
A su fallecimiento, en 2014, mi madre me dio su diario y un álbum de fotos del viaje del barco por tierras americanas. Ese fue el inicio del maravilloso recorrido que estoy realizando yo setenta años después. Tener en mis manos esos antiguos libros disparó en mí las ganas de escribir una novela inspirada en la valiosa información que poseían. He aprovechado el substrato emocional e histórico que rezuma todo ese material para introducir personajes y hechos, muchos de ellos verídicos, otros inventados, con los que dar forma a la trama.

¿Qué le pasó por la cabeza al leer su texto? ¿Pensó en algún momento en ser fiel a su memoria, en recrear su diario?
Mientras lo leía mi mente comenzó a volar imaginando situaciones, personajes… y tengo que decir que ha sido un proceso rápido y placentero. Prácticamente la escribí de tirón.
La imaginación es algo que he cultivado desde que tengo uso de razón. Existía una grabación de una canción infantil que compuse con solo dos años y que, precisamente hablaba de mi padre. Esto lo comento porque todo lo que he escrito hasta ahora ha sido ficción. No, en ningún momento me planteé hacer un ensayo sobre el diario.

¿Por qué de una aventura musical española de Coros y Danzas -dice que es el segundo viaje que se hizo-, pasó a una novela de intriga, vinculada con los nazis?
He realizado un profundo trabajo de documentación para escribir esta novela. Comencé a bucear en hechos acontecidos alrededor del año 1949 y no salía de mi asombro. Descubrí que barcos de la naviera Aznar, la misma del Monte Ayala, habían sido utilizados para llevar ocultos desde Bilbao hasta Sudamérica a importantes criminales nazis huidos de la justicia. Concretamente, Reinhard Spitzy fue trasladado vestido de monje hasta las bodegas del buque Monte Urbasa y trasladado a Argentina. También descubrí que Clara Stauffer, que creó una red para ayudar en la huida a estos nazis desde España, aparecía a bordo del Monte Ayala con los Coros y Danzas en una colección de fotos personales que se subastó en internet. O que en Mallorca durante la Segunda Guerra Mundial, la Gestapo, actuando con total impunidad, podía acosar, detener y extraditar a campos de concentración a alemanes residentes sin que mediase ningún control por parte del gobierno español. Estos descubrimientos, el diario de mi padre y las fotos del viaje activaron mi lado creativo y el resultado ha sido esta novela.
Ese personaje fascinó a Almudena Grandes, que la metió en una novela. ‘La silueta del Monte Ayala’ toca otros temas, además del nazismo: la Guerra Civil española, el exilio, etc. ¿Qué buscaba, qué le interesaba? Lo digo porque el libro está muy documentado…
Creo que ese momento histórico fue muy especial. Tras la Guerra Civil española y la Segunda Guerra Mundial, el panorama de España era crítico por su aislamiento internacional al ser el único régimen dictatorial superviviente. A su vez los viajes de los Coros y Danzas eran utilizados por Franco para intentar contrarrestar esa imagen negativa. Además, en los países que visitaron residían muchos exiliados republicanos a los que la presencia del barco no hacía ninguna gracia. Todos estos asuntos, muy jugosos por cierto, son los que me han interesado a la hora de articular la trama.
Vayamos con esas dos muchachas que viajan en el barco que hace escalas en diez ciudades. ¿Sería posible una aventura así, de espionaje, de abusos sexuales, de conspiración o es más bien imaginación de novelista?
Pues creo que sería difícil que se dieran tantos asuntos truculentos a la vez pero, como he explicado, parte de la trama está basada en hechos reales. También reconozco que hay altas dosis de imaginación novelística, como no podría ser de otra manera.

¿Quién es Clara Blecua Bernués?
Clara Blecua es una joven nacida en la Hoya de Huesca, que sufrió en sus carnes la Guerra Civil durante su infancia, y que tiene la suerte y la valía de ser seleccionada como bailadora en el grupo regional de Huesca en el viaje a América del Monte Ayala. Es inocente, soñadora y tiene toda la vida por delante.
¿Y Katina Forteza?
Katina es la equivalente de Clara pero en el grupo de Mallorca. Es mucho más madura y experimentada que Clara. Por circunstancias acaban compartiendo camarote y juntas descubrirán algo que cambiará sus vidas para siempre. El espía doble Tomás Harris deberá abandonar su retiro para volver a actuar, arrastrado por los acontecimientos. Siniestros personajes de sombríos pasados deambulan por los pasillos del barco mientras el mundo duerme tranquilo, ajeno a los peligros que se ciernen sobre él.
¿Qué significaron Coros y Danzas para el régimen de Franco?
Fueron un activo importante en su propaganda y este se valió del poder de convocatoria del folclore español para lavar su maltrecha imagen internacional. Es verdad que también realizaron una importante labor de recopilación y fueron plataforma de promoción para grupos regionales de la época. Suponía un acicate pues podían ser elegidos para viajes tan fantásticos como el del Monte Ayala, cuya gira duró seis meses. Como cualquier fenómeno cultural tuvo cosas positivas y otras no tanto. Es cierto que los jóvenes no se movían por condicionantes políticos. Simplemente fue le época que les tocó vivir.
¿Se dieron muchas situaciones de boicot a los músicos españoles por parte de los exiliados, como sucede en el libro?
Por supuesto. Tengo documentadas varias. Por ejemplo hubo una en la Universidad de Panamá donde una multitud de demócratas intentaron boicotear una actuación en el salón de actos, aunque sin éxito. Hay que entender que para los exiliados la presencia de los Coros y Danzas era una afrenta, aunque, como he dicho, los componentes no eran activos pro-régimen. Simplemente cumplían con su cometido.

¿Cree que existió, de veras, un intento de hacer un gobierno nazi en Argentina o es más bien leyenda?
Existen pruebas irrefutables de instalaciones nazis en la selva argentina. También es indiscutible el apoyo de Perón a los nazis huidos. De hecho, la plana mayor y los más buscados como, Josef Melguele, acabaron en Argentina. Si se plantearon la posibilidad de crear un Cuarto Reich en el exilio ya es territorio para la especulación.
Llama la atención que la narración está llena de pequeñas historias, contadas en flash back, que a veces son como novelas dentro de la novela… Pienso en el caso del relato de Katina y Tomás, por ejemplo.
Me gusta usar el recurso de una historia que sea el contenedor de otras menores y que todas juntas creen un relato potente y sólido. Me parece más interesante que crear un único hilo argumental lineal y previsible. No creo que esta forma de escribir descompense la novela sino todo lo contrario pues mantiene al lector en vilo y le genera la curiosidad de llegar hasta el final.
Parecía que iba a hacer un homenaje a la música y al final se ha ido por la novela de intriga. ¿Le ha resultado cómodo este paso a la literatura?
Realmente ha sido una experiencia muy agradable y enriquecedora, tanto a la hora de escribir como después en las presentaciones. Es por eso por lo que ya he comenzado a darle vueltas a mi segunda novela.
Es músico en La Plantación, una formación de rock de Huesca, y hace bandas sonoras. ¿Qué lugar ocupa la literatura en su vida?
Pues en este momento un lugar casi tan importante como la música. Ser consciente de mis capacidades como escritor ha sido para mí todo un descubrimiento. Lo bueno es que puedo juntar ambas facetas, como hago en las presentaciones del libro. Al final de acto, la cantante Carmela Melendo y yo, tocamos las mismas canciones que estaban de moda cuando el Monte Ayala zarpó rumbo a América en 1949.
¿Podemos hablar de autores y de libros favoritos para cerrar?
Entre los primeros hablaría de Isabel Allende, Joel Dickers, Paul Auster, Gabriel García Márquez. Y los libros que me han marcado son: ‘A sangre fría’ de Truman Capote, ‘La casa de los espíritus’ de Isabel Allende, ‘Middlesex’ de Jeffrey Eugenides y ‘La sombra del viento’ de Carlos Ruiz Zafón.
